8 de enero de 2013
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Revista Medicos - Medicina Global
Los representantes de CONFECLISA, CEPSAL y ADECRA se reunieron en la mesa de Prestadores, titulada “En busca del Arca de Noé”, para analizar en profundidad los problemas que enfrenta el sector y pensar cómo resguardarse para poder construir un renovado sistema de salud.
El envejecimiento poblacional, la opinión pública sobre salud y el desajuste entre costos y precios. Esas son las problemáticas que salieron a la luz en el panel dedicado a los Prestadores en Quo Vadis Salud 2012. Con la coordinación del Dr. Mario Lugones, Presidente de la Fundación Sanatorio Güemes, los disertantes Dr. Oscar Miguel, Gerente Técnico de CONFECLISA (Confederación Argentina de Clínicas, Sanatorios y Hospitales), el Contador Jorge Gutsztat, Representante de CEPSAL (Cámara de Entidades Prestadoras de Salud), y la Dra. Laura Rodríguez, Gerente General de ADECRA (Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina), ahondaron en los distintos condicionantes que, hoy por hoy, ponen en jaque al sector prestador.
PARA UNA EPIDEMIOLOGIA DE LA FINANCIACION
El Dr. Miguel comenzó su presentación haciendo referencia a “uno de los elementos que, en nuestros tiempos, ha trastocado al mundo”: la transición demográfica. A principios del siglo XX, recordó, había 1000 millones de habitantes y la expectativa de vida era de 40 años. El modelo sanitario de ese momento era el de beneficencia. Además, la base de nacimiento era amplia pero muy pocos llegaban a la adultez.
Pasados los años 50 y 60, la revolución de las fuerzas productivas llevó a un desarrollo acelerado. “Es entonces cuando la pirámide poblacional empieza a modificarse: la base es más estrecha y la punta, más amplia”, señaló Miguel. El modelo sanitario era médico-hegemónico, regido por una “asimetría gigantesca entre el médico y el paciente”. En 2010, la pirámide poblacional de tipo cono truncado aparece más pronunciada, lo que significa que hay menos nacimientos y más expectativa de vida. “Es una buena noticia, pero tenemos que saber cómo mantener una población de 7000 millones de habitantes en todo el mundo; es una presión que nos incomoda, pero una imposición lógica”, explicó el doctor.
“Hoy tenemos medicina basada en la evidencia y se ha horizontalizado la relación médico-paciente”, detalló Miguel. También recordó que, en nuestro país, hemos mejorado el índice de mortalidad infantil, aunque, en este sentido, “la fragmentación entre las distintas provincias habla de una tremenda inequidad”. El índice de mortalidad materna, por otra parte, acusa un sistema sanitario ineficiente: “Uruguay invierte la mitad que nosotros en salud y tiene el doble de resultados en mortalidad maternal”, analizó Miguel.
Es cierto, señaló el doctor, que “tenemos un problema de financiación urgente”, aunque, a su entender, “resolverlo es necesario pero no suficiente”. Según detalló, “no estamos asumiendo la responsabilidad que tenemos en cada sector”. Aunque hemos avanzado mucho en el cumplimiento del derecho a la salud, “el avance no ha sido tan importante en materia de accesibilidad y equidad”. Es por eso queel Dr. Miguel señaló que es necesario “apuntar a los indicadores epidemiológicos: no podemos seguir financiando en función de la oferta y la demanda; tenemos que pensar la posibilidad de una financiación basada en los valores epidemiológicos”. Y concluyó: “Estamos convencidos de que es necesario un marco regulatorio desde el Estado central, pero también creemos que tiene que haber una ejecución descentralizada por provincia”.
LA SALUD EN LA OPINION PUBLICA
En su presentación, el contador Gutsztat expuso los resultados de una encuesta sobre la opinión pública en materia de salud en nuestro país. Lo hizo para explicar por qué el sistema sanitario no se encuentra en la agenda política actual ni tampoco en la lista de preocupaciones sociales. El Estudio, llevado adelante por el Sanatorio Güemes, fue de corte cuantitativo-cualitativo y consultó, tanto a la población general como a los médicos, cómo percibían el sistema de salud.
El estudio se desarrolló a través de tres baterías en tres grupos focales, uno por cada subsector del sistema de salud. Las preguntas estuvieron dirigidas a explorar varios aspectos puntuales: según comentó Gutsztat, “nos interesaba saber qué opinión tiene la gente sobre la opción de instaurar un sistema basado en el médico de cabecera, sobre la historia clínica universal electrónica, y sobre la posibilidad de una reforma en salud”. “La primera sorpresa fue que cerca de 2/3 de los consultados estaba conforme con el sistema de salud, y se trata de gente que lo utilizó en el último año”, especificó Gutsztat. La segunda sorpresa, continuó, fue que el 47% no pudo mencionar algún aspecto específico para mejorar.
Con respecto a la historia clínica electrónica, la población consultada se mostró de acuerdo. “Sí encuentran fallas en la infraestructura de los hospitales y en el acceso al servicio”. También resultó notoria, señaló Gutsztat, “la importancia que la gente le da a la libertad, a la posibilidad de elegir a su médico, su tratamiento y lugar de atención”. Es en este sentido que la población, demostró el estudio, no quiere que el médico de cabecera se transforme en un stoper, en una barrera o filtro: “Lo aceptarían si pudieran elegirlo”, aclaró Gutsztat.
En relación a una posible reforma en materia de salud, dijo Gutsztat, “la gente la percibe como un peligro; por eso, si nosotros queremos hablar de reforma de salud tendríamos que hablar de otra manera, con otras palabras; se podría hablar de mejora, por ejemplo”.
La sección cuantitativa del estudio reveló que la población general percibe positivamente al sistema de salud en un 66%, mientras que los profesionales médicos lo hacen en un 79%. Por otra parte, el 47% de la población considera que la salud está mejor ahora que diez años atrás, mientras que sólo el 33% de los médicos la percibe mejor.
En cuanto a la opinión sobre los componentes del sistema, la población general aportó una evaluación positiva del sistema de las obras sociales y del sistema público y, en menor medida, de las empresas de medicina prepaga. Entre los médicos, por otra parte, se nota una mejora en la percepción de las prepagas a la vez que salta a la vista la excelente consideración que tienen del sistema público. El estudio completo, sintetizó Gutsztat, se puede consultar en www.fsg.org.ar.
UNA BRECHA PELIGROSA
La Dra. Laura Rodríguez tuvo a su cargo la clausura de la mesa y, en su disertación, expuso cómo se encuentran los prestadores privados en este arca de Noé propuesta en el título del panel. Se trata, especificó, de más de 10 mil prestadores privados, 8 mil sin servicio de internación y 2 mil con servicio de internación. “Según el último censo, detalló Rodríguez, los prestadores privados atienden a 25 millones de personas”. “Para atender a 25 millones de beneficiarios, se necesita mucho trabajo: en 2011, teníamos 246 mil personas trabajando dentro del sector privado”, señaló. Pero no todo son buenas nuevas: “A pesar de esos números, el recurso humano no es suficiente porque la problemática es que cada vez hay más dificultades para encontrar personal”.
Luego de pasar revista a la importancia económica del sector prestador privado, que aporta 22 mil millones de pesos a la economía del país, la doctora se refirió al índice de precios y costos que realiza ADECRA: mientras que desde 2001 hasta 2012, el costo teórico se incrementó siete veces, el precio sólo aumentó cinco veces. “La conclusión a la que arribamos es que dentro del sector prestador hay un retraso de precios muy marcado; nunca logramos recuperarnos de la caída de 2001 y hoy la brecha entre costos y precios llega a un 32%”, advirtió Rodríguez.
Más tarde, mostró el aumento de los insumos médicos y de los diferentes equipamientos de tecnología. Así, constató que, por ejemplo, un respirador aumentó dos veces su costo o que un tomógrafo de 64 cortes incrementó su precio nueve veces. Algo similar ha ocurrido, demostró Rodríguez, con los precios de los módulos prestacionales: “Un módulo de días-cama aumentó siete veces; un módulo de neonatología, seis veces; una cirugía cardiovascular, cinco veces”.
Es por eso que, hacia el final, listó los factores que, en el Arca de Noé para la salud, constituyen los factores que preparan el diluvio: la inflación en los precios de los insumos, la alta presión impositiva, los problemas para importar y los costos salariales. “La clave es el aumento de aranceles; si no hay una recomposición de los valores, peligra la calidad de la atención médica”, concluyó. “¿Nuestra propuesta?: si no tenemos aumentos de aranceles, vemos una solución a través del cobro de copagos”.