8 de enero de 2013
| Publicado por
Revista Medicos - Medicina Global
En su conferencia, Patricio Pasman analizó en profundidad los factores que, hoy por hoy, definen el accionar de las empresas de medicina prepaga, desde los condicionantes de la ley hasta los escenarios actuales y futuros para el sector.
Hoy vamos a hablar de medicina prepaga: vamos a hablar de lo que le sucede al 15% de los argentinos que se atienden en este sector”. Así delimitó el Lic. Patricio Pasman, Asesor de Obras Sociales y Entidades de Medicina Prepaga, el tema de su conferencia plenaria en Quo Vadis Salud 2012, que se tituló “Prepagas: ¿al borde del abismo?” En su disertación, analizó tanto las razones de la polémica ley 26.682 de marco regulatorio para la medicina prepaga como la situación actual y los posibles horizontes futuros para el sector.
DOS ENCUESTAS SOBRE SALUD
Pasman comenzó haciendo referencia a dos encuestas. La primera, realizada por la Universidad de Belgrano en la Ciudad de Buenos Aires, arrojó como resultado que un 69% cree que el sistema de salud ha empeorado en los últimos cinco años. Además, el 86% destacó que si pudiera elegir, preferiría ser atendido en un sanatorio privado. La mayoría también cree que los aumentos en las cuotas de las prepagas han sido excesivos: “Este estudio nos marca la opinión de la clase media”, aclaró Pasman.
La segunda encuesta, llevada a cabo por Poliarquía Consultores, se realizó en distintas ciudades en todo el país. Ante la pregunta de cuál es el principal problema de la Argentina, sólo el 0,2% manifestó que se trata de la salud. “En todo el mundo, los políticos trabajan con las necesidades de la gente; si la gente no está demandando salud, es por eso esperable que la salud no figure en nuestra agenda”, reflexionó Pasman.
El estudio también reveló que, comparada con otras áreas, como la justicia o la economía, la salud es la que resulta mejor evaluada entre la población. Por otra parte, en referencia a los diferentes subsistemas, es el de la medicina prepaga el que obtuvo los mejores valores, aunque un 74% manifestó no tener conocimiento alguno sobre la ley de marco regulatorio. “Pareciera, destacó Pasman, que la gente que usa la medicina prepaga está contenta y que no ve al hospital público como opción”.
¿POR QUE LA LEY QUE TENEMOS?
Más tarde, Pasman repensó los motivos por los que surgió la ley 26.682: “Antes, estábamos primeros en las quejas del consumidor; ahora descendimos al puesto 14º en cuanto a cantidad de quejas”. Según Pasman, “no es tan seguro que la gente esté insatisfecha con el sector: en la Ciudad de Buenos Aires, las prepagas no figuran en la nómina de los primeros nueve rubros que más quejas reciben”.
“¿De que se queja, entonces, este 15% de la población?”, se preguntó Pasman. Según analizó, este sector critica la alta carga impositiva, el aumento de los colegios privados y también el costo de su prepaga. “Y tienen razón”, admitió Pasman. “Es por eso que este 15% demanda a los políticos que controlen a las prepagas; estamos a favor de la regulación, por supuesto, pero la gente en realidad lo que quiere es que no le aumenten la cuota”.
Analizando en detalle el uso que dan los beneficiarios a los servicios de las prepagas, Pasman especificó que, mientras el 46% consume entre el 0% y el 30% del valor de su cuota en prestaciones, el 18% consume entre el 30% y el 50% y el 12% consume entre el 50% y el 75% de lo que abona. “Eso quiere decir que al 76% de la gente le saldría más barato dejar la prepaga y pagarle al médico cuando fuera necesario”, señaló Pasman. Por otro lado, sólo el 12% de los beneficiarios consumen más de 150% de su cuota, y es este mismo grupo el que requiere el 56% de todos los recursos. “Cuando veo estos números y escucho decir que las prepagas no son solidarias, pienso que hay una contradicción”, enfatizó.
LA ACTUALIDAD DE LA MEDICINA PREPAGA
“El sector viene creciendo”, adelantó Pasman. Además, detalló, el acceso a puestos con buenos salarios ha hecho que una porción importante de la población haya optado por pasar de una obra social a una prepaga: “El sector ha crecido en cantidad de afiliados y la gente ve como buena opción tomar el sistema privado”.
Del 15% de los beneficiarios de prepagas, sólo el 5% tienen contrato directo con la empresa; el 10% restante contrata los servicios a través de una obra social: “En este sentido, vemos que los sectores están bastante unidos”, subrayó Pasman. El crecimiento de las prepagas, por otra parte, ha disminuido su ritmo “porque el crecimiento del empleo se frenó; cuando crece el nivel de empleo, crece el sector”.
Completan el cuadro del escenario actual del sector la escasez de camas, la concentración, la incertidumbre que genera la ley, la integración vertical y la integración horizontal que empieza a surgir entre prepagas y ART. “Lo que va a deteriorar el sector es el conflicto entre financiadores y prestadores por los aranceles”, advirtió Pasman.
EL FUTURO YA LLEGO
Frente a este escenario, Pasman aportó una serie de posibles horizontes futuros. En cuanto a los efectos de la ley, Pasman revisó las declaraciones de la Presidenta y de Oscar Lescano al respecto. Mientras que Cristina manifestó por cadena nacional que “nadie está procurando que se funda ninguna empresa”, Lescano, por su parte, le dijo a La Nación que “el día que nos quieran tocar las obras sociales, estatizarlas o privatizarlas, le vamos a declarar la guerra total, van a tener que matarnos a todos”. “Hay que leer estas informaciones”, destacó Pasman. “Las palabras de Cristina las creo en un 100%, pero también las de Lescano.”
¿Qué camino seguirá el sector de las prepagas?, se preguntó hacia el final Pasman. Como en política a nivel país, expuso, “surgen optimistas y pesimistas y empieza a no haber matices”. “Los pesimistas creen que la medicina prepaga se va a acabar, pero yo no creo que esto ocurra”, señaló. Los optimistas, por su parte, están en la vereda de enfrente. Consideran, parafraseó Pasman, que “si el gobierno fuera a matar al sector ya lo hubiera hecho”.
“Yo no me instalo en ninguna de las dos posturas”, resaltó Pasman. “Lo más probable es que suceda un deterioro gradual del sector”, postuló. Es cierto, pronosticó, que “el sector se va a comer muchos sapos en los próximos años”. Por ejemplo, la puja distributiva va a deteriorar la calidad de los servicios, va a ir en aumento el conflicto de las prepagas con los médicos, y va a crecer más la deshumanización de la atención médica. “Todo esto va a estar pasando, pero no hay un colapso del sector”.
Para finalizar su presentación, Pasman destacó que “hacia adelante, veo que va a primar la racionalidad en las autoridades”. Hay que recordar, señaló, que la mayor parte de la ley es correcta y que las autoridades tienen una situación difícil de encarar frente a una opinión pública que repudia los aumentos de cuotas. “En el corto plazo, es difícil que se corrija la ley, pero después de un tiempo de deterioro, la esperanza es que surja una ley nacional superadora”, sintetizó. Con esa señal esperanzadora cerró Pasman su presentación, recordando a la vez las palabras del Dr. Abel Albino: “El futuro no es lo que va a pasar sino lo que vamos a hacer”.